Transporte flexible. Transporte bajo demanda. Transporte a la demanda. Movilidad bajo demanda. Servicio de transporte privado multipasajero habilitado a través de una aplicación. Microtransit. (¿Macrotransit?)
[Suspiro] Cuando se trata del microtransit, no hay lugar a la confusión (la vida ahora mismo ya es lo suficientemente confusa). Cualquiera que se mueva en el sector del transporte, probablemente haya oído esta palabra que se ha puesto de moda en los últimos años. Tal vez su comunidad ya cuente con algún tipo de servicio de microtransit, denominado con otro nombre. Nos aventuramos a suponer que cualquiera que haga clic en un artículo titulado "¿Qué es el microtransit?" también está buscando una mejor explicación.
El microtransit es simplemente un medio de transporte compartido a través de la tecnología, ubicado entre el transporte tradicional de ruta fija y el transporte por aplicación. Sus rutas son ágiles; sus "horarios" no son realmente horarios/frecuencias - ya que cambian constantemente en función de la demanda de los usuarios - y los vehículos varían en tamaño, desde vans, hasta shuttles o autobuses.
Una de las razones por las que el término "microtransit" se vuelve confuso es porque resulta ser una categoría que ha visto una evolución a ritmo acelerado en los últimos cinco años más o menos, con nuevos players que llegan a la escena todo el tiempo. ¿Ha visto esos e-scooters “dockless” o sin ubicación fija? ¿Alquiler de ciclomotores? ¿Sistema de Bicicletas compartidas? No son exactamente microtransit, sino micromovilidad, un pariente cercano (e incluso más micro). ¿Esos anticuados y torpes servicios telefónicos para pedir transporte? Sí, son una primera versión de una categoría mayor que ahora llamamos microtransit, aunque sin la tecnología que hace que el microtransit actual sea eficiente y fácil de usar para los usuarios. El microtransit es a veces difícil de definir porque puede tener un aspecto muy diferente de una ciudad a otra, desde los viajes de primera y última milla que hacen más accesible el transporte público hasta los vehículos de mayor tamaño. "El microtransit bajo demanda podría ayudar a las ciudades a reducir el tráfico entre un 15% y un 30%" – Boston Consulting Group A pesar de sus diferencias, una cosa sigue siendo cierta para todos los servicios de microtransit: su objetivo principal es expandir el alcance geográfico y demográfico de una red, sirviendo generalmente a poblaciones de baja densidad, bajos ingresos y/o que carecen de otras opciones de transporte confiables.
Si bien el término microtransit empieza a cobrar fuerza alrededor de 2015, el uso de lo que algunas personas llamaron "enrutamiento flexible" ha existido durante décadas en los Estados Unidos. Algunos de los primeros servicios de microtransit se basaban exclusivamente en rutas fijas: mientras que los pasajeros podían reservar un asiento en sus teléfonos inteligentes, la ruta real del vehículo se fijaba de manera muy similar a un servicio de autobús tradicional, pero ese modelo no acabó de tener éxito. En los países en vía de desarrollo, los pasajeros de la India a México y Filipinas dependen de las populares vans compartidas para moverse todos los días, en todas partes.
A diferencia de aquellos primeros servicios, el microtransit de hoy en día implica un itinerario dinámico en tiempo real que puede cambiar en cualquier momento, lo que permite a los pasajeros ir a cualquier parte de la zona de servicio bajo demanda. Los pasajeros generalmente caminan una cuadra o dos y toman un viaje en una "parada de autobús virtual": abordar en una esquina común evita desvíos innecesarios y hace que el servicio sea mucho más efectivo. A lo largo de la ruta del pasajero, sofisticados algoritmos de enrutamiento dinámico utilizan información en tiempo real y en terreno para agregar a otras personas que viajan en la misma dirección al mismo vehículo. Los pasajeros son recogidos y dejados en un flujo continuo. Esto se traduce en un viaje que es extremadamente eficiente, respetuoso con el medio ambiente y financieramente inteligente. Y los beneficios no se detienen ahí. Los proveedores modernos de microtransit tienen como prioridad ofrecer una integración completa con el ecosistema de transporte público. Ofrecen características como aplicaciones móviles de marca personalizada (y traducidas), opciones para pagar con las tarjetas de transporte público ya existentes y la planificación de viajes multimodales para que los pasajeros puedan ir del punto A al punto B, todo en una sola aplicación. Se ha demostrado que el microtransit disminuye la congestión del tráfico, estimula el desarrollo económico y reduce la cantidad de contaminación en el aire: estamos hablando de una disminución en el tráfico del 15% al 30% y muchas toneladas de emisiones de carbono, según Boston Consulting Group. No den esto por sentado.
Los datos hablan por sí solos.
En 2017, la ciudad de Arlington, Texas, reemplazó su autobús de línea fija con microtransit bajo demanda, proporcionando a casi la mitad de su población de 400,000 residentes un acceso de transporte que antes no existía. En febrero de 2020, el servicio se expandió nuevamente y ahora impacta a más de 89,000 empleos, o alrededor del 65% del total de la ciudad.
Al otro lado del mundo, en Canterbury, Nueva Zelanda, el servicio MyWay de Timaru experimentó una transformación tecnológica durante COVID-19 cuando los líderes de transporte implementaron tecnología bajo demanda en toda la flota de autobuses, creando viajes eficientes y a la demanda para trabajadores y servicios esenciales. No cabe duda de que Arlington y Canterbury son ciudades muy diferentes con retos particulares, por lo que replicar lo que ha funcionado en cualquiera de estas ciudades no garantiza que funcione en cualquier otra. Sin embargo, la tecnología del microtransit y el transporte tradicional de ruta fija no son mutuamente excluyentes. Hemos comprobado que a menudo funcionan bien juntos. Por ejemplo, Sevenoaks, una ciudad del Reino Unido, combina la tecnología con las líneas de autobús existentes para evitar las paradas en las que no hay pasajeros esperando. Al incorporar la tecnología bajo demanda, han eliminado la necesidad de que los autobuses, en gran parte vacíos, den vueltas sin parar, lo que ha dado lugar a un aumento del 77% en la utilización del servicio, mientras que se han reducido los tiempos de espera en un 75%. Esto nos muestra un impacto inmediato. Otras ciudades están siendo creativas con su propio diseño de servicios para incorporar la tecnología de microtransit en el transporte público.
Una ciudad en Canadá introdujo una opción bajo demanda para los usuarios durante las horas de menor afluencia, cuando el autobús de ruta fija regular tenía un servicio limitado y los tiempos de espera eran largos. El resultado: la utilización aumentó y los tiempos de espera promedio pasaron de una hora a sólo 15 minutos.
El escéptico que hay en usted probablemente esté susurrando: "Eso es genial, pero es imposible que el microtransit funcione en todas partes". Echemos un vistazo.
Los suburbios.
Ahora piense en su suburbio favorito. Un residente quiere visitar a una amiga del otro lado de la ciudad, pero no tiene permiso de conducir. Para otra persona, el microtransit podría significar el acceso a un trabajo en la gran ciudad que, de otro modo, sería demasiado difícil o llevaría demasiado tiempo. Tomar el transporte público tradicional podría significar esperar hasta 60 minutos por esos infrecuentes autobuses suburbanos (si es que vive cerca de una parada de autobús), pero cuando los viajes son bajo demanda, el autobús viene hacia usted - y hacia sus vecinos - cuando lo necesite. ¿Necesita una prueba? Eche un vistazo a Seattle, que permite a los residentes de las afueras pedir un viaje compartido desde y hacia cinco estaciones de tren de cercanías que se dirigen a la ciudad. El servicio está totalmente integrado en la red existente de King County Metro y Sound Transit, el viaje cuesta el precio de un trasbordo y los pasajeros pueden pagar con su tarjeta ORCA.
Más allá del simple hecho de trasladar a las personas de forma eficiente, el microtransit tiene muchos más beneficios para la sociedad en general y resuelve una amplia gama de problemas del mundo real, entre ellos:
Seguridad frente al COVID-19.
A medida que la oferta y la demanda cambian con las medidas regulatorias de distanciamiento social, el transporte puede responder en tiempo real. La tecnología bajo demanda permite que las rutas fijas se conviertan en líneas dinámicas, gestionando las horas pico, reservando previamente los asientos y acomodando las políticas de seguridad según como vayan evolucionando. No importa cómo lo llames, el microtransit está cambiando positivamente las ciudades y abriendo grandes oportunidades para las personas en todas partes. En Via, tenemos más de 100 socios que usan esta tecnología en ciudades grandes y pequeñas de todo el mundo. Los 80 millones de viajes (y contando) que hemos impulsado demuestran que no solo funciona el microtransit, sino que cuando se adapta específicamente a una comunidad particular, puede ser una fuerza transformadora y edificante para el bien.